El 74% de la población española percibe su salud como buena o muy buena, según la Encuesta de Salud de España 2023
- Desde el inicio de la serie histórica de esta encuesta en 1987, la percepción del estado de salud ha mejorado de forma sostenida, pasando del 65% al 74% en 2023, pese al envejecimiento creciente de la población.
- Se observan marcadas diferencias en salud según la clase social. Por ejemplo, el 83% de las personas en la clase social más alta perciben su salud como buena o muy buena, frente al 70% en la clase más baja.
Madrid, 27 de mayo de 2025.- El Ministerio de Sanidad y el Instituto Nacional de Estadística (INE) han publicado los resultados preliminares de la Encuesta de Salud de España (ESdE) 2023, que recoge datos clave sobre el estado de salud, uso de servicios sanitarios y determinantes sociales de la salud de la población residente en todo el territorio nacional.
Desde que se inició la serie histórica de la Encuesta de Salud de España en 1987, la percepción del estado de salud ha experimentado una evolución positiva y sostenida. En ese año, el porcentaje de población que declaraba tener una salud buena o muy buena era del 65%, mientras que en 2023 alcanza el 74%, a pesar del notable envejecimiento de la población (el cual ha elevado la edad media desde los años 80).
Esta mejora se observa en todos los grupos de edad: por ejemplo, en las personas de 45 a 54 años, la percepción positiva ha pasado del 63% en 1987 al 72% en 2023; en el grupo de 65 a 74 años, del 40% al 59%; y en los mayores de 75 años, del 37% al 40%, evidenciando que incluso entre los más mayores se han registrado avances. Estos datos reflejan no solo un aumento en la esperanza de vida, sino también en los años vividos con buena percepción de salud, lo cual apunta a mejoras efectivas en calidad de vida, prevención y atención sanitaria en España durante las últimas décadas.
Principales resultados:
Estado de salud: El 74% de los españoles valora su salud como buena o muy buena, aunque persisten diferencias por edad, sexo y clase social. Los hombres (78%) declaran un mejor estado de salud que las mujeres (70%). La percepción positiva disminuye con la edad, pasando del 94% en menores de 5 años al 38% en mayores de 85.
Enfermedades crónicas: La hipertensión, el colesterol alto y el dolor de espalda crónico son los problemas más frecuentes entre los adultos. Las mujeres presentan una mayor prevalencia de trastornos como depresión y ansiedad.
Salud mental: El 29,8% de la población adulta presenta sintomatología depresiva, una cifra que es considerablemente mayor en mujeres (35,1%) que en hombres (24,4%). Las diferencias se acentúan con la edad y los indicadores muestran un deterioro del bienestar emocional respecto a ediciones anteriores: 20,4% en 2014 al 24,4% en 2019
Limitaciones funcionales: El 41,6% de las personas mayores de 65 años sufre limitaciones de movilida, y un 16,8% de la población de 55 años o más tiene dificultades para realizar actividades básicas de la vida diaria. Además, en el grupo de mayores de 65 años, un 36,3% declara tener problemas de audición, un 28,8% deterioro cognitivo y un 23,2% limitaciones visuales.
Uso de servicios sanitarios: El 82,4% de la población acudió al médico en el último año, un dato que se mantiene alto y constante. Además, el 23% acudió a urgencias, el 6,8% fue hospitalizado y el 6,7% recibió atención en hospital de día, siendo los mayores y personas con enfermedades crónicas quienes más utilizan estos servicios.
Hábitos de salud, evolución y tendencias.
Los hábitos de vida relacionados con la alimentación, la actividad física, el consumo de tabaco y alcohol han mostrado cambios importantes en las últimas décadas. Los datos de la ESdE 2023 permiten observar mejoras en algunos indicadores clave, aunque persisten desigualdades por edad, sexo y clase social que condicionan estos avances.
Alimentación
El consumo diario de fruta y verdura ha mostrado una evolución positiva desde los años 2000, especialmente en las mujeres. En 2001, solo el 50% de los hombres y el 56% de las mujeres comían fruta diariamente; en 2023, estas cifras se sitúan en el 63,9% y 69,6% respectivamente, con un incremento sostenido a lo largo del tiempo. El consumo diario de verdura también ha mejorado, pasando de 27% en hombres y 38,5% en mujeres en 2001 a 52,3% y 74,1% en 2023. A pesar de este progreso, el acceso y la frecuencia siguen marcados por el nivel socioeconómico: los grupos más desfavorecidos consumen significativamente menos productos frescos que los de clases altas.
Obesidad y sobrepeso
La prevalencia del sobrepeso y la obesidad en adultos ha aumentado desde 1987, aunque parece haber empezado a estabilizarse en los últimos años. En 1987, el 45,3% de los hombres y el 33,5% de las mujeres tenían sobrepeso u obesidad. En 2023, estas cifras se sitúan en el 62,2% para hombres y 48% para mujeres. Aunque la tendencia general es de incremento, en la última década se observa una ligera desaceleración, especialmente en mujeres. En la infancia, la situación ha evolucionado de forma similar: el sobrepeso y la obesidad infantil, que alcanzaron picos del 32% en los años 2000, se sitúan ahora en torno al 28%, lo que indica cierta contención del problema, aunque persisten fuertes desigualdades sociales.
Sedentarismo y actividad física
El sedentarismo en el tiempo libre ha experimentado una mejoría clara desde 2014. En ese año, el 46,6% de las mujeres y el 35,9% de los hombres declaraban no realizar ninguna actividad física en su tiempo libre. En 2023, esas cifras han descendido a 32,6% en mujeres y 25,3% en hombres, lo que sugiere un cambio positivo en la conciencia sobre la importancia del ejercicio.
Consumo de tabaco
El consumo diario de tabaco ha disminuido notablemente en las últimas tres décadas. En 1993, el 32,1% de la población fumaba a diario; en 2023, esta cifra se reduce al 17%. Esta mejora es especialmente destacable en hombres jóvenes: en el grupo de 15 a 24 años, la tasa de fumadores diarios ha pasado de más del 40% en 1995 a menos del 14% en la actualidad.
Consumo de alcohol
El consumo de alcohol muestra una disminución general, aunque con matices. En 2006, el 64,8% de los hombres y el 46,4% de las mujeres bebían de forma habitual (al menos una vez a la semana). En 2023, estas cifras han descendido al 52,4% y 40,8% respectivamente. El consumo diario también ha disminuido significativamente: del 20% en hombres en 2011 a alrededor del 12% en 2023. En mujeres, ha bajado de forma más marcada aún, de cerca del 7% a menos del 4% actual.
Metodología
La encuesta se llevó a cabo entre agosto de 2023 y agosto de 2024 mediante entrevistas presenciales (CAPI) y online (CAWI), alcanzando a 24.673 personas de todas las comunidades autónomas. Incluye representatividad nacional y autonómica y analiza tanto la población adulta como infantil.