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El Gobierno define en el Marco de Actuación para las Personas Mayores las orientaciones de las políticas públicas sobre envejecimiento activo

  • Informe remitido al Consejo de Ministros 
  • Más de 100 entidades han participado en la redacción de este Marco, que forman 348 recomendaciones estructuradas en 4 grandes apartados: empleo, participación, vida independiente e igualdad y no discriminación 
  • El objetivo que aglutina todas las medidas es la promoción del envejecimiento activo y saludable
  • España se convierte en uno de los primeros países europeos en adoptar las Orientaciones que al respecto estableció la UE en 2012, el Año Europeo del Envejecimiento Activo

23 de octubre de 2015. El Consejo de Ministros ha dado hoy el visto bueno al informe sobre el Marco de Actuación para las Personas Mayores que ha presentado el ministro de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, Alfonso Alonso. Un documento que se marca como objetivo recoger las líneas de actuación que habrán de orientar las políticas públicas hacia la promoción del envejecimiento activo y su participación en todas las esferas sociales, desde el plano político al económico. Recoge, asimismo, las actuaciones que hacia tales fines llevan a cabo las entidades y asociaciones de personas mayores.

Por ello, este Marco se caracteriza por el proceso de participación que ha acompañado la redacción y elaboración del mismo, ya que han sido las propias entidades y asociaciones (más de 100) las que, en colaboración con diferentes ministerios, han aportado sus propuestas y medidas, así como retos a corto, medio y largo plazo. Igualmente, el Marco recoge las Orientaciones de la UE, que se materializaron en 2012 con motivo del Año Europeo del Envejecimiento Activo y la Solidaridad Intergeneracional. España es uno de los primeros Estados miembros en incorporar estas orientaciones.

El Gobierno, por tanto, ha agrupado en un documento todos los aspectos que conciernen a las personas mayores, y lo hace sobre una base clara: el derecho de estas personas de edad avanzada a una vida digna, a su autonomía y a participar en la vida social, económica y cívica de modo activo. Además, marca el contexto en el que se desenvolverá este documento: hay más de 8,3 millones de personas con más de 65 años en España, casi un 18% de la población,  y se prevé que en 2050 esta cifra llegue a cerca de 16 millones y medio, lo que supondría la tercera parte de la población española en ese año, según dichas estimaciones.

Un total de 348 recomendaciones componen el Marco, estructuradas en 4 bloques: empleo, participación social, vida sana e independiente e igualdad y no discriminación.

EMPLEO

El Marco de Actuación para Personas Mayores hace hincapié en la importancia del aprendizaje permanente y considera “oportuno” seguir incentivando la prolongación voluntaria de la vida laboral más allá de la edad ordinaria de jubilación.

Señala el documento que la jubilación anticipada debería reservarse a aquellos trabajadores que cuenten con largas carreras de cotización y opten voluntariamente por acogerse a ella, y propone seguir profundizando en mecanismos de jubilación anticipada para trabajadores cuya relación laboral se extinga por causas no imputables a ellos, para quienes realicen actividades concretas (atendiendo a su penosidad o peligrosidad) y para trabajadores con importante grado de discapacidad, o cuando la discapacidad pueda constituir una reducción de su esperanza de vida. Todo ello está ya estipulado en distintas medidas del Gobierno.

Una de las orientaciones aboga por contar con incentivos a la contratación de los trabajadores mayores, adecuados a sus condiciones, mientras otra de ellas, en este apartado, propone estudiar fórmulas para incentivar el mantenimiento del empleo para los contratados que tengan 55 o más años, en función de su antigüedad en la empresa. Otra propuesta aboga por preparar el tránsito a la jubilación mediante una formación específica y una flexibilización de la actividad y condiciones del trabajo, considerando el retiro gradual, el trabajo a tiempo parcial, los horarios flexibles y el trabajo voluntario o comunitario.

Este epígrafe, en diferentes medidas, plantea evitar la discriminación de los trabajadores de más edad (50 o más años) en los ámbitos laboral, social o sanitario, al igual que fomentar el intercambio de experiencias entre empleados de generaciones distintas mediante tutorías y equipos compuestos por personas de edades diversas.

PARTICIPACIÓN EN LA SOCIEDAD

Dentro de este bloque, las distintas orientaciones promueven seguir adoptando medidas que garanticen a las personas mayores unas pensiones adecuadas, seguras y sostenibles, así como mantener y mejorar los mecanismos de protección social.

Una de las propuestas que aquí se encuadra aboga por adoptar medidas para combatir la soledad en las personas mayores, lo que conlleva, por ejemplo, reforzar la formación de aquellos profesionales que directamente están en contacto con estas personas, bien en servicios sociales o bien en servicios sanitarios, y avanzar en una mejora de la prevención. Como colectivo prioritario, el Marco impulsa líneas de trabajo con las mujeres mayores, el sector que en mayor medida padece situaciones de soledad, algo que han indicado recientes informes.

En cuanto al uso del tiempo libre, el documento del que hoy ha informado el ministro de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad apuesta por el fomento de actividades culturales para personas mayores, tanto en sedes públicas, bibliotecas o centros culturales, como por parte de las empresas. Otro de los ámbitos que el Marco pretende acercar a las personas mayores es el de las nuevas tecnologías, de ahí que se apueste también por el desarrollo de talleres o sesiones formativas.

Crear servicios comunitarios que favorezcan la inclusión de las personas mayores en situación más vulnerable (caso de las personas sordas), y les ofrezca información acerca de sus oportunidades, es otra de las propuestas, que se articularía mediante la creación de un grupo de trabajo, coordinado por el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad e integrado por comunidades autónomas y la Confederación Estatal de Personas Sordas.

Promover el voluntariado de personas mayores, facilitando que lleguen a estas actividades, impulsando en sus zonas de residencia, o barrios, el acceso a diferentes actuaciones en organizaciones educativas o culturales, constituye un eje de este epígrafe, en el que se deja claro que dicha actividad de voluntariado no podrá reemplazar en ningún caso el trabajo profesional. Otro eje viene de la mano de la apuesta por la educación durante toda la vida, lo que supone ofertar itinerarios formativos flexibles en los ciclos educativos, también en la Universidad.

El Marco, por otra parte, dedica varias medidas a la participación en la esfera política, desde la integración en listas electorales con opciones de ser elegidos, hasta la inclusión en órganos consultivos de las administraciones (sobre todo, si la materia a tratar guarda relación con las propias personas mayores) y de organizaciones empresariales.

Proporcionar formación continua a los cuidadores no profesionales que son personas mayores, y proyectos dirigidos a “cuidar al cuidador”, abarcan una serie de orientaciones que, además, se detienen en el apoyo a las familias que tienen a su cargo a personas mayores con grado alto de dependencia, entre las que cabe destacar facilitar la adaptación de sus viviendas.

AUTONOMÍA Y VIDA INDEPENDIENTE

La esperanza de vida en España es de las mayores del mundo, y es uno de los primeros cinco países de la UE con la mayor esperanza de vida al nacer. La población envejece y el sistema sanitario ha de prepararse para afrontar mejor la cronicidad o tratamientos y cuidados de duración en aumento. Este apartado, en consecuencia, aboga por el desarrollo de una Estrategia Sociosanitaria, en lo que el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad y las CCAA siguen avanzando.

Dentro del plano médico, una recomendación de este compendio de actuaciones indica que en las intervenciones quirúrgicas a personas mayores ha de contarse siempre con su opinión y consentimientio, y si éste se encuentra incapacitado judicialmente, habrá de tenerse la aprobación de su representante legal. Lo mismo se aduce pata operaciones como trasplantes, tratamientos de cáncer o patologías análogas.

Promover recursos asistenciales específicos, impulsar servicios como telemedicina, asistencia a domicilio o teleasistencia son otras propuestas.

El Marco agrupa una serie de orientaciones dirigidas al alojamiento y vivienda digna de las personas mayores, sobre la sólida base que aporta el siguiente dato: el 87% de las personas mayores prefiere vivir en su casa, según un estudio del IMSERSO. Así que, el documento plantea recomendaciones como habilitar líneas de subvención para el arreglo de viviendas o promover ayudas de vivienda para los/las mayores que vivan solos. Unas ayudas, matiza el Marco más adelante, que no deben configurarse como prestación sólo para personas pobres, sino para todos los mayores con problemas de autonomía en su vivienda con independencia de sus recursos económicos.

Para el entorno rural, este texto que nace del diálogo y del consenso con el tejido asociativo propone la posibilidad de diseñar centros polivalentes, concebidos como prolongación de la atención familiar y de la ayuda a domicilio.

Transporte accesible, cuidados de calidad favoreciendo el papel que en este sentido puedan hacer los familiares y los profesionales, los centros de día o las residencias son otros apartados, así como el de la prevención de malos tratos en la vivienda en la que residan y en los propios centros o residencias. Prevención enfocada a los profesionales, de modo que reciban una adecuada formación para detectar eficazmente estas situaciones. Entre las circunstancias de malos tratos, figura la violencia de género.

IGUALDAD Y NO DISCRIMINACIÓN

El Marco concreta los colectivos de personas mayores considerados más vulnerables: mujeres mayores, personas con discapacidad, mayores en situación de marginación por su orientación sexual, dependientes o quienes viven en riesgo de exclusión por su nivel de ingresos. Se pide en el documento tener en cuenta a estos colectivos mediante orientaciones específicas.

Destaca en este epígrafe la perspectiva de género, y así, se aboga por medidas para mujeres en los ámbitos educativo, de pensiones, cultural o sobre conciliación. Y se destina un apartado a la lucha contra la violencia de género en las mujeres mayores, centrado esencialmente en la sensibilización y en la formación de profesionales sanitarios o sociales para que detecten posibles circunstancias de malos tratos.