Sanidad presenta una hoja de ruta para abordar los efectos del trabajo en la salud mental

  • El documento propone un modelo que permite analizar el impacto de las condiciones laborales sobre el bienestar psíquico de la población.
  • Incorpora estrategias clínicas y de vigilancia epidemiológica para abordar el sufrimiento mental relacionado con el empleo.
  • La precariedad laboral, la desigualdad estructural y la falta de reconocimiento institucional son elementos centrales en la aparición y persistencia de problemas de salud mental.
  • El documento hace referencia a los datos del informe PRESME  (2022), que destaca que hasta 170.000 cuadros depresivos podrían haberse evitado si no existieran formas de precariedad laboral.

Fotografía nota de prensa

Madrid, 25 de junio de 2025.- El Ministerio de Sanidad ha presentado la hoja de ruta "Trabajo y salud mental", un informe técnico que reconoce el papel determinante del trabajo en la salud mental de la población y plantea estrategias específicas para prevenir, detectar y atender los trastornos mentales derivados de las formas de empleo y trabajo.

La propuesta parte del reconocimiento de que el trabajo puede ser una fuente de bienestar, estructura vital y sentido de pertenencia cuando se desarrolla en condiciones dignas. Sin embargo, cuando se realiza en contextos de precariedad, sobrecarga, inseguridad o violencia, se convierte en un factor generador de sufrimiento psíquico y patología.

El objetivo de este documento es establecer una base sólida para la identificación del sufrimiento psíquico que se origina o se ve agravado por las condiciones de trabajo y empleo. A partir de este punto de partida, se desarrollarán otros documentos técnicos, acciones formativas y mecanismos de coordinación a distintos niveles, con el fin de promover cambios en el abordaje de estos problemas y prevenir su aparición.

Un enfoque estructural para comprender y actuar

El informe propone un modelo integral para el reconocimiento de los factores que afectan a la salud mental en el ámbito laboral. Incide en una perspectiva de justicia y de cuidado hacia la salud de la población trabajadora, al tiempo que reconoce al sistema sanitario como un agente activo en la protección de la salud mental, incorporando una perspectiva de los determinantes sociales en salud. Además, analiza no solo las condiciones laborales que pueden generar daño psíquico, sino también el papel y la responsabilidad del sistema sanitario una vez que ese daño se manifiesta en las consultas.

El documento también subraya la importancia de superar una visión individualizada del sufrimiento psíquico, para centrarse en sus causas estructurales, y advierte sobre los efectos de la precariedad integral —una combinación de inestabilidad laboral, inseguridad económica y falta de protección social—, que impacta de forma desproporcionada en mujeres, jóvenes, personas migrantes y sectores sociales más desfavorecidos.

Riesgos psicosociales y abordaje clínico

El texto analiza los principales riesgos psicosociales laborales —altas exigencias emocionales, falta de autonomía, acoso, injusticia organizativa— y su relación con problemas como ansiedad, depresión, trastornos adaptativos y del sueño.

En el ámbito clínico, se establecen tres ejes de actuación: evaluación sistemática de las condiciones laborales del paciente; valoración de la sospecha de origen laboral del malestar; y codificación en la historia clínica mediante códigos Z. Estos códigos pertenecen a una categoría dentro de la Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE) utilizada por profesionales de la salud para registrar factores que influyen en el estado de salud de una persona, aunque no sean enfermedades propiamente dichas. La inclusión en la historia clínica de la notificación se realizará con consentimiento expreso del paciente.

El informe advierte, además, del riesgo de causar daños (iatrogenia) al medicalizar el sufrimiento sin tener en cuenta sus causas laborales, y propone la prescripción social como una estrategia para responder en coordinación con los recursos comunitarios, sindicales o jurídicos en aquellos casos donde el abordaje no debe ser exclusivamente clínico.

Un sistema de vigilancia para visibilizar el problema

La hoja de ruta propone la creación de un sistema de vigilancia epidemiológica de los trastornos mentales de posible origen laboral. Este sistema debe articularse con los servicios de salud pública, salud laboral y atención primaria, y permitir una recogida y análisis sistemáticos de los datos que visibilicen la carga real del problema.

El informe subraya que esta vigilancia no es solo una herramienta técnica, sino un mecanismo de reconocimiento institucional del sufrimiento laboral. Frente a la actual ausencia de enfermedades mentales en el listado oficial de enfermedades profesionales en España, el documento se alinea con las recomendaciones de la Organización Internacional del Trabajo para su inclusión.

Implicaciones

El documento hace referencia a los datos del informe PRESME, resultado del trabajo del Grupo de personas expertas en precariedad laboral y salud mental, y coordinado por el Ministerio de Trabajo y Economía Social., que analiza la relación entre condiciones laborales y salud mental en la población ocupada en España

Entre sus principales hallazgos destaca que:

  • Aproximadamente 170.000 cuadros depresivos podrían haberse evitado en el año 2022 si no existieran formas de precariedad laboral como la inseguridad contractual, los bajos ingresos o la falta de control sobre el trabajo.
  • Se estima que el 26% de los trastornos mentales comunes en la población ocupada en España pueden atribuirse a condiciones laborales adversas, como falta de control sobre el trabajo, exigencias excesivas, inseguridad, o falta de apoyo.
  • Las mujeres presentan una prevalencia mayor de trastornos mentales relacionados con el trabajo, en parte debido a la concentración en sectores con peores condiciones laborales y a una carga adicional por desigualdades de género dentro y fuera del entorno laboral.
  • El informe destaca que alrededor del 60% de los trabajadores expuestos a condiciones psicosociales negativas reportan síntomas de sufrimiento psíquico, como ansiedad o depresión, frente a tasas mucho más bajas en quienes no están expuestos a estos factores

El documento “Trabajo y salud mental: hoja de ruta para las administraciones sanitarias en España” ha sido elaborado por el Ministerio de Sanidad a través del Comisionado de Salud Mental. En su desarrollo han participado el Área de Salud Laboral de la Dirección General de Salud Pública y Equidad, otras unidades del propio ministerio, el Instituto Nacional de Seguridad y Salud en el Trabajo (INSST), así como un equipo multidisciplinar de personas expertas en salud mental, salud laboral, epidemiología, políticas públicas y atención clínica. También han contribuido sociedades científicas de salud mental y de atención primaria, así como organizaciones sindicales. La colaboración de estas entidades y profesionales ha permitido articular una propuesta integral y basada en la evidencia para abordar los efectos del trabajo en la salud mental de la población.

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Documentos de interés

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