La salud y el riesgo del alcohol en los jóvenes

Existe un consenso científico claro sobre la relación entre la exposición al alcohol en edades tempranas y el aumento del riesgo de realizar consumos perjudiciales para la salud y desarrollar adicción a esta sustancia durante la edad adulta. Asimismo, es conocido el papel del alcohol como facilitador del inicio del consumo de otras sustancias de abuso (cannabis, cocaína, éxtasis, etc.) y acompañante casi universal de éstas en el policonsumo.

El consumo de alcohol produce efectos neurotóxicos sobre el cerebro, muy especialmente durante aquellas etapas de la vida en las que su maduración no ha sido completada aún (periodos embrionario y fetal, infancia y adolescencia), pudiendo afectar a los procesos de memoria, aprendizaje y toma de decisiones, a largo plazo y de manera irreversible.

También son conocidos los efectos del alcohol en la esfera social. El consumo de alcohol en edades tempranas se asocia al desarrollo de conductas violentas, disminución del rendimiento académico, aumento de accidentabilidad, ideación suicida y conductas sexuales de riesgo (promiscuidad, sexo sin protección, embarazos no deseados, etc.). En Europa, el 6% de los estudiantes de 15-16 años refieren peleas y agresiones relacionadas con el consumo de alcohol, y el 4% reconoce practicar sexo sin protección tras el consumo de esta sustancia.

Los menores son también víctimas del consumo de alcohol por los adultos. En Europa, se estima que el consumo de alcohol podría estar relacionado directa o indirectamente con 60.000 nacimientos de niños con bajo peso, con el 16% del maltrato o abandono infantil y con la existencia de 5-9 millones de niños que  viven en familias con problemas relacionados con el consumo de alcohol de alguno de sus miembros.

EL ÚNICO CONSUMO SEGURO DE ALCOHOL ES EL CONSUMO CERO