Impacto

Excelencia Clínica Boletín clínico, sanitario y social al servicio del Sistema Nacional de Salud


Español Vol. 3 nº 3 Marzo 2010

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(Hospital de Sant Pau)

Impacto

English Vol. 3 nº 3 March 2010

Polémicas y controversias

Interrogante

¿Desde cuando la rosiglitazona causa infartos de miocardio?

Una comisión de investigación en Estados Unidos desvela que un laboratorio farmacéutico tenía información sobre la relación entre la rosiglitazona – un hipoglucemiante oral- y el incremento de riesgo de infarto de miocardio y que la ocultó o minimizó durante al menos cuatro años.

Las tiazolidindionas son un grupo de fármacos hipoglucemiantes orales que actúan principalmente reduciendo la resistencia a la insulina y que se han asociado a afectos adversos graves. La troglitazona fue retirada del mercado por toxicidad hepática mientras que la pioglitazona se ha asociado a fracturas óseas en mujeres aunque no se ha suspendido su comercialización. Finalmente una revisión sistemática publicada en mayo de 2007 en el New England Journal of Medicine (NEJM) mostró que la rosiglitazona aumenta significativamente el riesgo de infarto de miocardio respecto a placebo u otros hipoglicemiantes orales1.

La revisión, llevada a cabo por investigadores independientes, reunió información de 42 ensayos clínicos publicados en revistas médicas o registrados de la agencia norteamericana (Food and Drud Administration). Se incluyeron los ensayos más recientes con rosiglitazona (DREAM y ADOPT) y se analizaron más de 26.000 pacientes. A raíz de esta información, la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios incluyó en el prospecto una advertencia aunque el medicamento ya se contraindicaba en pacientes con antecedentes de insuficiencia cardiaca.

Este riesgo cardiovascular, ¿era ya conocido por GlaxoSmithKline (GSK), empresa titular del medicamento?, según un reciente informe del Senado de Estados Unidos, sí.

La comisión de investigación del Senado se constituyó en el año 2007 al conocer los resultados de la revisión. Durante cuatro años ha revisado los resultados de múltiples estudios con rosiglitazona, ha entrevistado a personal de la empresa, investigadores y líderes de opinión y ha tenido acceso a correos electrónicos entre diferentes implicados. En enero de 2010 publicó sus conclusiones en un extenso informe2.

¿Qué dice el informe?

El informe revela que personal del laboratorio tuvo acceso al manuscrito de la revisión antes de la publicación en el NEJM a través de una filtración de uno de sus revisores que al mismo tiempo era consultor de la empresa. Esto permitió que GSK analizara internamente los resultados y replicara el análisis. Todo indicaba la existencia de un discreto pero significativo incremento del riesgo cardiovascular que fue confirmado por el propio estadístico de la empresa y asesores externos. Tras la publicación de la revisión (21 de mayo de 2007) la empresa, en un comunicado de prensa, se mostró en total desacuerdo con las conclusiones argumentando que no analiza toda la evidencia y que la metodología tiene importantes limitaciones. Dos días después el laboratorio decide publicar los resultados del estudio RECORD – en esos momentos en fase de inclusión- con el objetivo de mostrar que la rosiglitazona no se asocia a un incremento del riesgo cardiovascular. La publicación del análisis intermedio no planeado a priori en julio del 2007, también en la revista NEJM, se acompañó de un editorial muy crítico con el diseño y las conclusiones3.

El informe muestra también que ya en el año 2004, tras la realización de un estudio en pacientes con insuficiencia cardiaca, varios asesores de la empresa GSK señalaron que la rosiglitazona podría asociarse a un riesgo incrementado de eventos vasculares incluidos el infarto de miocardio e incluso aventuraron algunos mecanismos que explicarían clínicamente este riesgo, como la retención de líquidos.

Por todo ello el informe de la comisión concluye que la empresa GSK era conocedora del potencial riesgo en los pacientes diabéticos tratados con rosiglitazona y que tenía el deber de comunicar tal riesgo a los pacientes y a las agencias reguladoras con la suficiente antelación.

Este caso pone de manifiesto la importancia que toda investigación debe perseguir la mejoría de aquellos resultados que son más relevantes para el paciente y no sólo la comercialización a toda costa de un producto. El papel de las agencias reguladoras debe ser también decidido hacia una mayor transparencia y debe favorecer las auditorias de la investigación que se realiza con personas.

Artículos de referencia:

1. Nissen SE, Wolski K. Effect of rosiglitazone on the risk of myocardial infarction and death from cardiovascular causes. N Engl J Med. 2007;356(24):2457-71

2. Staff report on GlaxoSmithKline and the diabetes drug avandia. Committee on Finance United States Senate. [Internet]. Washington; 2010. [Actualizado en enero de 2010. Citado el 12 de marzo de 2010]. Disponible en: http://www.fdanews.com/ext/files/StaffReportGSKJan2010.pdf

3. Home PD, Pocock SJ, Beck-Nielsen H, Gomis R, Hanefeld M, Jones NP, et al; RECORD Study Group. Rosiglitazone evaluated for cardiovascular outcomes--an interim analysis. N Engl J Med. 2007;357(1):28-38.

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