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Español Vol. 3 nº 1 Enero 2010

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(Hospital de Sant Pau)

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English Vol. 3 nº 1 January 2010

Actualidad

Vacuna

Primer estudio de una vacuna contra el SIDA que muestra cierto grado de protección

Investigadores tailandeses y norteamericanos encuentran un 26% de eficacia en la reducción del número de infecciones por VIH tras administrar a 15.000 individuos de ambos sexos (población general) una vacuna combinada frente al VIH

El desarrollo de una vacuna eficaz para prevenir la transmisión del VIH sigue siendo uno de los retos científicos más demandados y difíciles, 25 años después de conocer el inicio de la epidemia de SIDA. El relativo fracaso de otras medidas de prevención para frenar la epidemia ha llevado a poner las máximas expectativas en la estrategia de la vacunación y en los últimos años se ha producido un gran incremento de la investigación y por lo tanto, de la inversión en este campo. Sin embargo, hasta ahora todos los intentos que han llegado a fases avanzadas de investigación no han demostrado protección1. De hecho el estudio con la conocida como vacuna Merck mostró incluso mayor riesgo de infección en los individuos vacunados2.

Recientemente se han publicado los datos de un estudio con una estrategia combinada de administración múltiple de dos distintas vacunas previamente conocidas (ALVAC y AIDS-VAX), y se ha conseguido una modesta protección, según palabras de los propios autores3.

El estudio, el más amplio hasta la fecha, se ha realizado en población general tailandesa entre los años 2003 y 2006. Se trata de un estudio en fase 3, con diseño aleatorizado, doble ciego y controlado con placebo, con más de 8.000 individuos por rama. La vacuna ALVAC se administró en cuatro dosis, la basal, al mes, a los 3 meses y a los 6 meses. El booster con la vacuna AIDS-VAX se administró solamente en las dos últimas dosis. En el grupo vacunado se produjeron 56 infecciones por VIH frente a 76 en el grupo placebo. En el análisis por intención de tratar (ITT, Cox proportional-hazards) estas diferencias no fueron significativas (eficacia 26,4% (IC95%: -4,0 a 47,9; P = 0,08). Pero lícitamente los autores proponen un análisis por ITT modificado, ya que 7 pacientes se habían infectado entre la visita de cribado y la basal, o sea antes de la administración de la primera dosis de vacuna. Este análisis sí encuentra diferencias significativas entre los grupos con una protección del 31,2% (IC95%: 1,1 a 52,1; P = 0,04 por el metodo O’Brien-Fleming). Por último, al analizar solo los individuos que recibieron completamente las dosis previstas (análisis por protocolo), se vuelve a perder la significación estadística, precisamente en el tipo de análisis donde se esperaría mayor eficacia. (

El estudio aporta también datos sobre la respuesta inmune. A nivel de la inmunidad humoral se obtiene una muy buena respuesta frente a anfígenos de la envoltura (el 99% de los vacunados), pero la respuesta de la inmunidad celular es mucho más débil. (< 20%). Probablemente éste es el eslabón más débil de todas las estrategias vacunales frente al VIH hasta la fecha, junto a la selección del mejor vector posible y a la variabilidad genética de los diferentes subtipos de VIH.

Por último, cabe destacar que en los pacientes vacunados en los que se produjo la infección, la cinética viral del VIH no fue distinta que en los no vacunados.

En resumen, la estrategia de unir dos vacunas distintas que por si no habían mostrado eficacia en pacientes de alto riesgo, ofrece una modesta protección frente a la infección, insuficiente para su utilización práctica, pero abre la vía a la utilización de estrategias combinadas en futuros estudios. Sin embargo, la escasa respuesta inmune a nivel celular nos hace pensar que se debe profundizar más en el estudio de los mecanismos de esta reacción inmunitaria para mejorar el futuro abordaje de la vacunación.

Por último una reflexión. Probablemente sería más práctico demostrar primero la protección de una vacuna en población seleccionada con prácticas de mayor riesgo. Realizar estudios tan amplios en población general, más complejos y caros, podría reservarse para estrategias que hubieran demostrado eficacia a menor escala.

Mientras tanto van apareciendo datos sobre la eficacia del propio tratamiento antiretroviral como estrategia preventiva, ya que conseguir que los pacientes infectados tengan baja replicación viral puede reducir espectacularmente la transmisión. En otras infecciones como la tuberculosis el tratamiento per se ha conseguido una reducción mayor de las tasas de infección que la estrategia vacunal.


Artículos de referencia:

1. Yves Levy. Hot News from the HIV Vaccine Field, Challenges in the development of an HIV Vaccine. En: 12º European Aids Conferernce. Colonia, 11-14 noviembre 2009

2. Benlahrech A, Harris J, Meiser A, Papagatsiasa T, Horniga J, Hayesa P, et al. Adenovirus vector vaccination induces expansion of memory CD4 T cells with a mucosal homing phenotype that are readily susceptible to HIV-1. Proc Natl Acad Sci U S A. 2009;106(47):19940-5. doi: 10.1073/pnas.0907898106

3. Rerks-Ngarm S, Pitisuttithum P, Nitayaphan S, Kaewkungwal J, Chiu J, Paris R, et al. Vaccination with ALVAC and AIDSVAX to prevent HIV-1 infection in Thailand. N Engl J Med. 2009;361(23):2209-20.

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