Impacto
Excelencia Clínica Boletín clínico, sanitario y social al servicio del Sistema Nacional de Salud
Vol. 2 nº 2 Febrero 2009
Elaborado por:

Centro Cochrane Iberoamericano
(Hospital de Sant Pau)
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Vol. 2 nº 2 February 2009
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Actualidad

Frutos secos y aceite de oliva virgen para el tratamiento del síndrome metabólico
Añadir frutos secos oleaginosos a la dieta habitual es una forma agradable y efectiva de tratar el síndrome metabólico (SM)
Añadir frutos secos oleaginosos a la dieta habitual durante un año, produce una mayor disminución en la prevalencia de SM que reducir la ingesta grasa, mientras que el aceite de oliva virgen tiene un efecto similar. Esto es lo que concluye un estudio publicado en la revista Archives of Internal Medicine (2008;168(22):2449-58.).
No se trata de un estudio más sobre dieta mediterránea. Lo que tiene de particular este estudio es, en primer lugar, que es un ensayo clínico aleatorizado (con las dificultades logísticas que conlleva cuando se trata de dieta), que compara una intervención control con otras dos basadas en la dieta mediterránea. La segunda particularidad es que no incluye ninguna intervención sobre actividad física, por lo que los efectos observados son atribuibles a la intervención dietética.
Detalles del estudio
Los sujetos de estudio no presentan enfermedad cardiovascular de base pero sí riesgo elevado de padecerla (edad media 67 años, prevalencia de SM 61%).
El tratamiento de referencia es la restricción grasa (animal y vegetal). Los dos grupos de intervención de “dieta mediterránea” recibieron educación personalizada sobre cómo mejorarla; además recibieron trimestral y gratuitamente los suplementos que les habían sido asignados: 50 g/día de aceite de oliva virgen o 30 g/día de frutos secos oleaginosos (15 de nueces, 7,5 de avellanas y 7,5 de almendras). Para que los suplementos fueran realmente consumidos por el destinatario, también recibieron una cantidad adicional del suplemento destinada a la familia.
Por lo que se refiere a los resultados, el tratamiento de referencia consiguió a los 12 meses una reducción de un 2% en la prevalencia de SM. La reducción observada en el grupo suplementado con aceite de oliva virgen fue del 6,7% y de un 13,7% en el grupo suplementado con frutos secos, la última significativa respecto al grupo control. No se observaron diferencias entre los grupos en la incidencia de nuevos casos de SM, pero sí en la reversión del mismo que fue significativamente más baja en el grupo de frutos secos. El efecto no estuvo mediado por un cambio significativo en el peso.
Respecto a los mecanismos subyacentes, los autores citan el alto contenido en ácidos grasos insaturados, antioxidantes y fitosteroles de los frutos secos oleaginosos como del aceite de oliva virgen (Ann Intern Med 2006;145(1):1-11.). Además, los frutos secos aportan más ácido linolénico que el aceite de oliva junto con otros nutrientes no lipídicos como fibra, minerales y arginina (Br J Nutr. 2006;96:S61-S67).
¿Hay motivos para alegrarse?
En términos de SM se puede obtener el mismo beneficio reduciendo la ingesta grasa que aumentando la de aceite de oliva virgen, mientras que si lo que se aumenta es el consumo de frutos secos oleaginosos, el beneficio es superior. Las dos últimas intervenciones son claramente más atractivas que la primera y previsiblemente más fáciles de poner en práctica.
Artículos de referencia:
Salas-Salvadó J, Fernández-Ballart J,Ros E, Martínez-González MA, Fitó M, Estruch R et al; PREDIMED Study Investigators. Effect of a Mediterranean diet supplemented with nuts on metabolic syndrome status: one-year results of the PREDIMED randomized trial. Arch Intern Med. 2008;168(22):2449-58.
Estruch R, Martínez-González MA, Corella D, Salas-Salvadó J, Ruiz-Gutiérrez V, Covas MI et al; PREDIMED Study Investigators. Effects of a Mediterranean-style diet on cardiovascular risk factors: a randomized trial. Ann Intern Med. 2006;145(1):1-11.
Kelly JH Jr, Sabaté J. Nuts and coronary heart disease: an epidemiological perspective. Br J Nutr. 2006;96:S61-S67.