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Se publica la estrategia de diagnóstico, vigilancia y control en la fase de transición de la pandemia de COVID-19

  • El plan para ampliar la detección precoz del COVID-19 establece la realización de pruebas de PCR como la estrategia prioritaria

  • El documento considera caso sospechoso de infección por SARS-CoV-2 “a cualquier persona con un cuadro clínico de infección respiratoria aguda de aparición súbita de cualquier gravedad que cursa, entre otros, con fiebre, tos o sensación de falta de aire”

  • Considera prioritario el refuerzo los equipos de profesionales de la Atención Primaria para garantizar la capacidad diagnóstica y el manejo de casos desde este nivel

  • Los sistemas de vigilancia epidemiológica deberán suministrar información diaria sobre la evolución de la pandemia que permita adoptar reacciones rápidas en caso de nuevos brotes

7 de mayo de 2020.- El Ministerio de Sanidad ha publicado hoy La estrategia de diagnóstico, vigilancia y control en la fase de transición de la pandemia de COVID-19, que establece que la realización de pruebas de PCR debe estar dirigida fundamentalmente a la detección precoz de los casos, favoreciendo su utilización frente a otras estrategias. Este plan para ampliar la capacidad de detección precoz, impulsado por Sanidad con el apoyo del Instituto de Salud Carlos III, especifica que “a todo caso sospechoso de infección por el SARS-CoV-2 se le realizará una PCR (u otra técnica de diagnóstico molecular que se considere adecuada) en las primeras 24 horas”.

El documento considera caso sospechoso de infección por SARS-CoV-2 “a cualquier persona con un cuadro clínico de infección respiratoria aguda de aparición súbita de cualquier gravedad que cursa, entre otros, con fiebre, tos o sensación de falta de aire. Otros síntomas atípicos como la odinofagia, anosmia, ageusia, dolores musculares, diarreas, dolor torácico o cefaleas, entre otros, pueden ser considerados también síntomas de sospecha de infección por SARS-CoV-2 según criterio clínico”.

El objetivo de la estrategia consiste en dar respuesta a la capacidad de detección precoz, el aislamiento de nuevos casos sospechosos y confirmados, así como la vigilancia y diagnóstico de los contactos estrechos, que constituyen el eje central para poder acometer la fase de transición con las máximas garantías.

Asimismo, este plan considera prioritario el refuerzo de los equipos de profesionales de la Atención Primaria para garantizar la capacidad diagnóstica y el manejo de casos desde este nivel. Esta estrategia, consensuada con el Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud y la Ponencia de Alertas y Planes de Preparación y Respuesta, asegura que debe garantizarse la disponibilidad de material necesario y los equipos de protección personal.

Esta estrategia, que estará en revisión permanente, prioriza la labor de los sistemas de vigilancia epidemiológica, que deberán suministrar información diaria sobre la evolución de la pandemia para la toma de decisiones, con un nivel de desagregación y detalle adecuado que permita adoptar reacciones rápidas en caso de nuevos brotes.

Manejo de los casos COVID-19

El objetivo de la vigilancia en la etapa de transición es la detección precoz de cualquier caso que pueda tener infección activa y que, por tanto, pueda transmitir la enfermedad. Para ello, La estrategia de diagnóstico, vigilancia y control en la fase de transición de la pandemia de COVID-19 establece, además del procedimiento de notificación, los criterios para el manejo de los casos COVID-19 en diferentes ámbitos como el de la Atención Primaria, las residencias de mayores y otros centros sociosanitarios, los centros penitenciarios o el ámbito laboral.

En Atención Primaria, esta estrategia define que “en los casos asintomáticos el aislamiento se mantendrá hasta transcurridos 14 días desde la fecha del diagnóstico. El seguimiento será supervisado hasta el alta de la forma que se establezca en cada comunidad autónoma”.

Estudio y manejo de contactos

Para realizar un diagnóstico temprano, el plan establece cómo llevar a cabo el estudio y seguimiento de los contactos estrechos. Además de definir a este tipo de contactos, el documento detalla que “en el momento que se detecte un caso sospechoso, se iniciarán las actividades de identificación de contactos estrechos”.

El plan añade que “cualquier persona asintomática que cumpla la definición de contacto estrecho de un caso confirmado deberá ser informada y se iniciará una vigilancia activa o pasiva, siguiendo los protocolos establecidos en cada CCAA. En caso de convivientes se iniciará el seguimiento desde el momento de la detección del caso sospechoso”.

Por otra parte, adelanta que el Ministerio de Sanidad, junto con las CCAA, elaborará un procedimiento que especificará las actuaciones a seguir para el manejo y seguimiento de estos contactos.

Estudios de cribado en poblaciones vulnerables o expuestas

El plan, por último, define la clasificación de caso de los test serológicos para detectar a aquellas personas que han pasado la infección en colectivos como personal sanitario o socio-sanitario, residentes en residencias de mayores u otros centros sociosanitarios.

“En los casos confirmados en los que no podemos hablar de enfermedad resuelta, se realizará una PCR para determinar si se trata de una infección activa y, por tanto, hay que hacer recomendaciones de aislamiento”, añade.

Por último, La estrategia de diagnóstico, vigilancia y control en la fase de transición de la pandemia de COVID-19 plantea que “las autoridades sanitarias podrán también plantear estrategias de cribado en colectividades mediante el uso de PCR o técnicas similares”.